El desenlace del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 pasa por París. El Consejo Mundial de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) decidirá mañana en la capital francesa si el presunto espionaje de McLaren a Ferrari se convierte en un delito probado y, en ese supuesto, las sanciones que merecería la escudería de Ron Dennis.
A medida que se acerca la vista del Consejo Mundial la madeja parece enredarse más. Con el giro que tomaron los acontecimientos la pasada semana, cuando los pilotos de McLaren fueron requeridos por la FIA para informar sobre todo su conocimiento del asunto, ahora no sólo se cuestiona la legitimidad de McLaren sino también la implicación en el caso de Fernando Alonso, Pedro de la Rosa y Lewis Hamilton. Los españoles decidieron colaborar con la Federación y enviaron la documentación en su poder relacionada con el caso. No así el británico líder del Mundial, que por ese motivo puede verse mañana en una situación delicada y muy peligrosa para sus ambiciones al título.
La FIA recordó a los pilotos de McLaren su obligación de colaborar en el esclarecimiento de los hechos, al mismo tiempo de las consecuencias que podría tener que se demostrara que no lo hacían: la retirada de la superlicencia necesaria para competir en los grandes premios. Alonso y De la Rosa consideraron que lo mejor era contribuir a que todo lo ocurrido en los últimos meses se aclarase, pero Hamilton se quedó al margen de tal elección. Con ello, daba a entender que no tiene conocimiento alguno sobre la existencia y utilización del informe de 780 folios que Nigel Stepney, ingeniero de Ferrari, le entregó supuestamente a Mike Coughlan, proyectista de McLaren.
Sin embargo, fuentes cercanas al Consejo Mundial señalan ahora que el nombre de Hamilton podría aparecer también en la documentación que la FIA ha enviado a todos los miembros de su máximo órgano deportivo. No ha trascendido su implicación con el caso, pero de confirmarse que Hamilton estaba al tanto de cuanto sucedía en McLaren, como parece que Alonso y De la Rosa, su superlicencia podría estar en peligro tal y como advirtió previamente la FIA en su severo requerimiento.
La mayoría de los pronósticos sobre el desenlace de esta polémica apunta a que, de existir culpabilidad, la sanción debería afectar únicamente a los intereses de McLaren y no de sus pilotos. Pero el escenario variaría de forma sustancial si se demuestra que todo el equipo, incluido Hamilton, conocía el dossier de Stepney. En ese caso, Hamilton podría ver como su sensacional campaña en la F-1 se esfuma al no poder volver a competir.
Fuente: as.com
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