- Ha concluido decimotercero en Bahrein.
- Tras su recital en Australia, ha tropezado en los dos últimos GP.
- Errores, incumplimientos de normas, accidentes, golpes...
- Ha cedido el liderato y ahora es cuarto
La sombra de la duda se cierne sobre Lewis Hamilton, controvertido piloto británico y una de las figuras mediáticas que con más fuerza ha irrumpido en los últimos tiempos.
El pulso que mantuvo con Fernando Alonso, ex compañero suyo en McLaren el pasado año, y su sorprendente actuación en su debut en la Fórmula 1, y que casi le lleva a adjudicarse el Mundial, le catapultó a la fama, a los debates y a las conversaciones de medio mundo.
Pero ese talento, antes indiscutible, parece diluirse por momentos.
Y eso que su estreno esta temporada fue impecable. En Australia dio un recital, se subió a lo más alto del podio y transmitió una aplastante sensación de superioridad sobre el resto. Pero fue un espejismo.
El Mundial se trasladó a Malasia, y las inseguridades, a Hamilton. El inglés, imperturbable en Australia, cometió un error junto a su compañero Kovalainen, y propiciado por su escudería, que marcó profundamente el devenir de este gran premio.
En la calificación, los dos McLaren fueron tercero y cuarto, justo por detrás de los Ferrari, pero fueron sancionados por entorpecer a algunos pilotos al ir demasiado lento. En concreto, Hamilton molestó a Heidfeld, y fue relegado a la novena posición.
Ese percance trastornó al polémico piloto, y en la carrera no pasó del quinto puesto. La autoridad exhibida en Australia comenzaba a hacer aguas. Y sus rivales, a frotarse las manos.
Crédito erosionado
Y en Bahrein, tercera cita del Mundial, su crédito sigue erosionándose. En esta ocasión, además, sus seguidores no tuvieron que esperar demasiado tiempo para angustiarse. El viernes comenzó el espectáculo: brutal accidente en la segunda sesión de entrenamientos libres, que puedes ver en el vídeo que arriba incluimos. Perdió el control de su monoplaza, se estrelló y, por suerte, salió ileso.
Pero ahí no acaba todo. De hecho, sólo era el comienzo. Así, los comisarios revelaron que el piloto inglés infringió una norma que obliga a acudir a un centro médico tras un accidente de las características que sufrió. Pero Hamilton, despistado, o quizá frustrado, eludió el chequeo.
La FIA, no le sancionó. Pero esto no aplacó su ánimo. Más bien, terminó de desquiciarle.
Y en la carrera refrendó las sospechas. Sobreexcitado y más agresivo de lo aconsejable, Hamilton, que salió tercero pero se derrumbó a la décima posición por una calamitosa salida, trató de adelantar al monoplaza que se le puso delante, que curiosamente era de un tal Fernando Alonso.
El inglés, ya desbordado y con los nervios a flor de piel, embistió al asturiano, y provocó que ambos se descentraran y cayeran fuera de los puntos.
Hamilton, definitivamente, parece haber entrado en una caída libre difícil de detener. Entra en nuestro foro y opina sobre las cualidades de Hamilton con un volante, que a día de hoy parecen más controvertidas que nunca.
Fuente: 20minutos.es
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